• Reductor de daños oxidativos provocados por ejemplo por el tabaquismo.
• Como tratamiento antienvejecimiento y neuroprotector.
• Estimulación de la producción de colágeno y elastina.
• Reductor de los efectos del estrés y/o ansiedad.
• Coadyuvante en tratamientos para la artrosis.
• Coadyuvante para el control de enfermedades crónico-degenerativas.
• Coadyuvante en tratamientos para dislipidemias.
• Coadyuvante en tratamientos oncológicos.
• Prevención y tratamiento de infecciones virales y bacterianas.
• Tratamiento por intoxicación con metales.

El ácido ascórbico (Vitamina C) es un ácido orgánico hidrosoluble y poderoso reductor. Es un transportador de electrones y un activador enzimático, por lo que contribuye a mantener un equilibrio en los procesos óxido-reducción. Es esencial para la síntesis del colágeno y del material intercelular.

Participa en las rutas metabólicas de la producción de histamina y serotonina. Se encuentra involucrada en la estimulación de producción de HDL. Incrementa los niveles de glutatión sanguíneos, considerado la primera barrera al ataque de los radicales libres.

Es un estimulante del sistema inmunológico al estimular la producción de PGE1 y del interferón, así como incrementar la movilización de fagocitos y estimular la producción de linfocitos. Es una sustancia de baja toxicidad que tiene la habilidad de inhibir el crecimiento de virus cuando se suministra en dosis altas.

Su depuración es por vía renal.

De 10 a 30 ml en solución fisiológica por vía intravenosa una o dos veces por  semana para un adulto. Se recomienda que después de un mes se realicen ajustes en las dosis de acuerdo a los requerimientos diarios de cada caso en particular. En general se recomienda no exceder 50 ml semanales.

El ácido ascórbico está contraindicado en pacientes con hipersensibilidad al principio activo.

Se recomienda precaución durante el embarazo y lactancia. No administrar dosis elevadas a personas con diabetes mellitus.

No se recomienda su aplicación en pacientes con nefropatía, hiperuricemia, anemia falciforme, propensión a cálculos renales, dietas restringidas de sodio, en tratamiento con anticoagulantes, salicilatos y sulfonamidas.

La velocidad de aplicación por vía intravenosa deberá de ser lenta y el aumento de dosis entre aplicaciones debe realizarse paulatinamente para evitar la presencia de mareo, náusea y/o vómito. Existen casos reportados de cefalea, insomnio, fatiga o somnolencia.